La terapia somática
En esta entrada voy a explicarte qué es la terapia somática, cuál es su origen, qué tipos hay, quién la aplica y para qué puede servir.
¿Qué es la terapia somática?
La terapia somática es el proceso de sanación integral que involucra principalmente al cuerpo. Frente a la supremacía de las terapias cognitivo conductuales o de los enfoques de otras psicoterapias que se centran esencialmente en las emociones, las terapias somáticas ponen en primer lugar las sensaciones de nuestro cuerpo.
Por tanto, la terapia somática es el enfoque terapéutico que, centrándose en la conexión cuerpo, mente y corazón, otorga el papel principal al trabajo con la respiración, el movimiento, la postura y la conciencia corporal tanto somática (de postura y movimiento) como visceral.
En realidad es en nuestro cuerpo donde reside nuestra verdad y donde es más difícil que podamos camuflar nuestro dolor o malestar. Es en nuestro cuerpo donde expresamos, en el mejor de los casos, o reprimimos nuestro sentir cuando no es bien recibido.
Desde que nacemos vamos generando en nuestro interior un mapa corporal en función de nuestra relación con nuestras figuras de apego en primer lugar. Y, en función de cómo hemos sido tocados y acogidos y de cómo han reaccionado a nuestras expresiones corporales, vamos borrando espacios somáticos y censurando determinados movimientos o posturas. Al mismo tiempo, creamos inconscientemente tensiones o falta de tono muscular o nos forzamos a adoptar posturas que son más aceptables en nuestro entorno.
De esta forma, vamos limitando la libre y sana expresión de nuestro ser y encadenándonos en tensiones musculares y fasciales que limitan nuestra forma de relacionarnos con la vida y con nosotros mismos.
También es nuestro cuerpo el que, en conexión con nuestro sistema nervioso, almacena como una caja negra todas nuestras vivencias y con particular intensidad aquellas que han sido traumáticas.
De hecho es posible que no recordemos conscientemente muchas de ellas y que, en cambio, nuestro cuerpo reaccione con tensión o dolor o flojera a situaciones semejantes a aquellas que nos traumatizaron. Esto se debe a que aún hay emociones atrapadas y energía reprimida en nuestro interior procedente de esas vivencias inconclusas.
Por eso la terapia somática pone el foco en el cuerpo para observar sus patrones, tensiones, sensaciones, faltas de vitalidad o sensibilidad… Todo ello para, a través de la escucha somática, el movimiento, el contacto, la respiración y la postura, poder restituir la fluidez, energía y libertad de expresión que necesitamos para vivir vidas plenas y alineadas.
¿Cuál es el origen de la terapia somática?
Son muchas las fuentes de las que se ha nutrido la terapia somática. Aún a riesgo de quedarme sin nombrar alguna importante, paso a detallarte cuáles son los pioneros en trabajar desde este enfoque somático.
Uno de los principales antecedentes es el trabajo de Wilhelm Reich, psicoanalista y médico austríaco que elaboró la teoría de que el cuerpo es un almacén de emociones reprimidas ya en 1930.
Reich fue discípulo de Sigmund Freud y después desarrolló sus propias teorías y estrategias terapéuticas.
Se centró en la conexión entre los conflictos emocionales y la expresión física de los mismos, así como en el papel del cuerpo en la salud mental integral. Desarrolló la teoría de que las tensiones crónicas en los músculos, lo que él llamaba «coraza muscular», eran el resultado de la represión emocional y provocaban malestar psicológico y bloqueaban el fluir de la energía vital desvitalizando a las personas.
También son importantes antecedentes el trabajo de Autoconciencia a través del movimiento de Moshe FeldenKrais o la eutonía de Gerda Alexander así como la la psicoterapia gestáltica de Fritz Pearls.
También es necesario nombrar todas las tradiciones que resaltan la conexión mente-cuerpo y principalmente el yoga que es capaz de modificar nuestro estado mental y emocional a través de posturas y secuencias de movimientos o respiraciones.
¿Qué tipos de terapia somática hay?
Son muchos los enfoques terapéuticos que actualmente ponen énfasis en la conciencia corporal y tratan de restaurar el equilibrio psicoemocional de la persona a través del cuerpo.
Focusing
El focusing es una técnica de exploración y mantenimiento de la atención en las sensaciones corporales (sensaciones sentidas) que fue desarrollada por el psicoterapeuta Eugene Gendlin. También parte de la base de que el cuerpo almacena información sobre nuestras emociones y sobre experiencias inconscientes. El proceso terapéutico del focusing implica sintonizar de una forma especial con el cuerpo, prestando plena atención a las sensaciones físicas y permitiendo que se expresen y se transformen. Lo importante es sumergirse en la experiencia corporal confusa o incómoda desde la curiosidad y apertura, permitiendo que las palabras y las imágenes asociadas surjan de manera natural.
Bioenergética
La bioenergética es otra forma de terapia somática que auna la psicoterapia tradicional con terapias físicas (respiración, movimiento y expresión corporal) que favorecen la liberación de tensiones emocionales mejorando el bienestar psicológico. Su creador es Alexander Lowen, un discípulo de Wilhelm Reich. Se centra en cómo las emociones reprimidas y las experiencias traumáticas se reflejan en la tensión corporal y el bloqueo del flujo de energía.
Somatic experiencing
La experimentación somática (somatic experiencing) surgio en la década de 1970 de la mano de Peter Levine, psicólogo y biólogo estadounidense, a partir de la terapia junguiana y su observación de animales. La base fundamental del Método de Somatic Experiencing es que los traumas y las experiencias adversas que no han podido integrarse y han quedado atrapados en el cuerpo, provocando síntomas físicos y psicológicos.
Levine observó en la naturaleza que los animales, después de experimentar situaciones traumáticas, son capaces de liberar la energía almacenada en sus cuerpos y recuperarse sin desarrollar trastornos. Muchas veces liberan el estrés acumulado mediante temblores una vez pasado el peligro. En cambio, los humanos, cuando experimentan un trauma, pueden quedar atrapados en la parte de «congelación» de la respuesta de lucha, huida o congelación de su sistema nervioso autónomo (SNA). La idea de Peter Levine es que permanecemos congelados en muchas partes de la vida como reacción a una experiencia traumática. Y el proceso de la experiencia somática ayuda a las personas a liberar esta energía atrapada en el cuerpo y liberar los síntomas del trauma.
Aquí puedes ver un vídeo de una niña temblando para liberar exceso de estrés.
Método Hakomi
El método Hakomi es de la misma década, 1970 y fue desarrollado por Ron Kurtz. Este enfoque terapéutico se basa en la conciencia corporal, la psicología humanista y la filosofía budista. Emplea la atención plena como herramienta fundamental para explorar las experiencias internas. El Método Hakomi reconoce que las experiencias pasadas influyen en el presente siempre que haya procesos inconclusos o no resueltos. El proceso terapéutico se centra en permitir que estos procesos se completen de manera segura, apoyada y sostenida por el terapeuta que presta esa misma atención plena.
La terapia sensoriomotora o sensomotriz
La terapia sensoriomotora o sensomotriz la desarrolló la psicoterapeuta Pat Ogden. Integra principios de la psicología del desarrollo, la teoría del apego, la neurociencia, y por supuesto prácticas somáticas para tratar las dificultades emocionales y experiencias traumáticas. Este enfoque parte de nuevo de la idea de que las experiencias traumáticas se almacenan no solo en la mente, sino también en el cuerpo. Y se centra por ello en la conciencia corporal, explorando las sensaciones físicas y los patrones de movimiento como puertas de entrada al procesamiento y la integración del trauma.
Cadenas musculares GDS
Madame Godelieve Denys Struyf, fisioterapeuta y osteópata belga, creó el método de cadenas musculares GDS. Gracias a su formación en Bellas Artes, pudo observar con detalle el movimiento y postura del ser humano creando un método global de fisioterapia que integra el funcionamiento del cuerpo y su relación indisociable con el comportamiento psicológico. GDS reconoce la interrelación entre la mente y el cuerpo, entendiendo que los patrones de tensión muscular y las posturas adoptadas pueden estar influenciadas por factores emocionales, cognitivos y de comportamiento y que abordando los patrones de movimiento o la tensión de estas cadenas musculares, influimos en la parte psíquica y emocional de la persona.
¿Qué se puede tratar desde la terapia somática?
La terapia somática puede ayudar a una gran variedad de problemas o trastornos como trauma, estrés, ansiedad, dolor crónico, bajo estado de ánimo…
También es útil cuando sencillamente se quiere estar más conectado a uno mismo y poder tomar decisiones más conscientes y alineadas.
O cuando disfrutando de cierto grado de bienestar emocional, se aspira a vivir una vida más plena, gozosa y encarnada en el cuerpo.
¿Quién aplica la terapia somática?
Cualquier terapeuta psicológico, emocional o físico que tenga formación específica en terapia somática, que haya pasado a través de sí mismo y de su cuerpo este enfoque terapéutico y que te inspire confianza y seguridad.
Puede ser terapeuta ocupacional, psicólogo, fisioterapeuta, terapeuta…
¿Por qué hay tanta desconexión corporal y por qué es tan importante la terapia somática?
La desconexión corporal puede venir de diferentes razones, desde experiencias traumáticas o estrés crónico, a presión de las normas sociales de adoptar posturas de cierre o de no atender las señales de nuestro cuerpo… Y también hemos de tener en cuenta que vivimos en una cultura, la occidental, que valora más la actividad mental que la conciencia corporal.
Y a todo ello tenemos que sumar que ya no trabajamos en el campo o en oficios más activos como nuestros abuelos, sino que la gran mayoría pasamos largas horas sentados frente a un ordenador sin dar a nuestros cuerpos la dosis diaria de movimiento que necesitan. Tampoco le damos la pausa o los ritmos lentos que nos ayudan a ir tomando conciencie e integrando psicocorporalmente lo que nos va sucediendo.
Por ello, al estar deconectados de nuestro cuerpo, nos encontramos tan a menudo tan perdidos.
Es nuestro cuerpo el que siente las emociones, los deseos, los impulsos naturales que nos muestran lo que necesitamos, lo que anhelamos y lo que nos sienta bien, y también qué es aquello de lo que debemos alejarnos porque nos hace daño.
Desconectados del cuerpo, estamos desconectados de nuestra verdad, de este almacén que alberga todas nuestras experiencias sin resolver pero también nuestros recursos inconscientes, para que hoy, que somos adultos, podamos volver ahí y dar resolución a todas aquellas vivencias. Y para poder así, libres de esas corazas, experimentar un mayor flujo de energía y disposición para vivir vidas plenas.
Por eso es tan importante hoy en día la terapia somática, porque necesitamos y merecemos reapropiarnos de nuestra verdad y encarnar realmente nuestra experiencia para poder volver a vivir libres.
Esto es lo que hacemos en Integra Tu Esencia al combinar la terapia somática con técnicas para reprocesar el trauma a través de la integración hemisférica. Puedes leer más del método aquí.
A través de la escucha somática, con la atención sostenida y enfocada en nuestro cuerpo, vamos revisitando todas esas experiencias que nos alejaron de nuestra esencia y nos hicieron creer que teníamos que ser algo diferente para ser dignos de ser amados. Y vamos dando resolución y completitud a lo que quedó sin digerir en nuestro sistema nervioso y atrapado en nuestros cuerpos.
Puedes tener tu llamada de valoración gratuita para conocer más del método y de si es la opción adecuada para ti en este momento de tu vida.
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Espero que esta entrada te haya gustado. Si echas de menos alguna información o enfoque terapéutico, puedes comentarlo y contemplaré incluirlo.
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