El regalo inesperado de la infertilidad
¿Has podido descubrir el regalo inesperado de la infertilidad?
Sabemos que un regalo es un regalo normalmente porque nos lo dan en un día señalado y porque viene con un envoltorio. Eso mismo que nos parece un regalo podríamos encontrárnoslo por la calle o comprárnoslo nosotros y no nos parecería un regalo. Pero la vida tiene escondidos muchos regalos si nos dejamos sorprender y el envoltorio de alguno de ellos no es el esperado.
El envoltorio te hace no poder ver el contenido del regalo y abrirlo con ilusión y paciencia despacio para no romperlo.
La maternidad es un regalo de la vida y para muchas personas viene sin envoltorio, lo consiguen con facilidad, y simplemente lo viven tal y como les viene.
Para otros, la maternidad viene envuelta en un envoltorio que no era el esperado: la infertilidad. Pero la infertilidad no es más que eso: un envoltorio que te hace tener más paciencia y abrir con más ilusión el regalo de la maternidad.
Gracias a la infertilidad he tenido un envoltorio que ha incluido más escucha, comprensión y unión con mi pareja. También me ha hecho cambiar el ritmo de la vida y en vez de pasarla por encima de puntillas coma hasta ahora, se ha ralentizado todo y disfruto de cada cosa mucho más sin pensar en la siguiente y sin planificar tanto.
He conocido a muchas personas valientes, honestas, cómodas en su vulnerabilidad, y hermosas.
Y estas personas me han ayudado a aprender mucho acerca de mi propia vulnerabilidad, honestidad, valentía y belleza interior. Gracias a este envoltorio, me he permitido llorar desconsoladamente y ser consolada, algo impensable para mí antes de este proceso.
Este envoltorio también me ha enseñado a tener mucha paciencia.
Y es que después de abrir un papel y quitar todos los celos aún no aparecía el regalo y había que quitar un papel más, puesto aún con más tesón, y así sucesivamente. Parecía como las muñequitas rusas que uno no sabe cuándo llegará al final. Llegué a creer en algún momento que el envoltorio no iba a traer regalo, que la vida iba a gastarme una broma pesada y después de invertir tanto tiempo, energía, incertidumbre, miedos e ilusión en desenvolver el regalo, solo habría aire.
Mientras desenvolvía mi propio regalo, me di cuenta de que otras personas estaban haciendo lo mismo con otros regalos diferentes.
Y de que yo en algunas ocasiones las había juzgado por no entender su comportamiento o sus reacciones. Creo que de la misma forma tampoco habría entendido mis silencios, mis ausencias o mis distancias en algunos momentos de este proceso con mi familia, mis amigos, con mi pareja e incluso conmigo misma. Pero era necesario hacerlo así, porque no era capaz de desenvolver el regalo de otra forma. Simplemente por eso. No sabía hacerlo mejor.
Ahora ya tengo el regalo y doy gracias por haberlo podido disfrutar desde el principio.
A veces con miedos, a veces con ilusión, pero siempre con amor, incluso cuando me costaba darme cuenta de ello. Y es que el amor es la simiente de todos los regalos de la vida, pero sobre todo del regalo de la maternidad y la paternidad. El amor es el que crea el milagro de la vida, el laboratorio hace su trabajo pero, desde luego, hay que desear mucho ser padres y querer a esa criatura mucho antes de ni siquiera existir para estar dispuesto a desenvolver este regalo cuando el envoltorio es la infertilidad.
Voy a ser una madre como cualquier otra.
No voy a querer más que nadie a mi niño ni tampoco le voy a sobreproteger en una burbuja porque me haya costado mucho llegar a él. Voy a ser cómo soy yo. Lo que sí sé es que este envoltorio aunque no me haya hecho mejor madre, sí que me ha hecho mejor persona. Y me alegro por ello.
Ahora el envoltorio de este regalo ya no es la infertilidad sino mi vientre que alberga una vida de dos mesecillos que late y crece sin que yo haga nada más que estar aquí para vivir este momento y disfrutarlo.
Gracias, infertilidad, por este precioso regalo.
Espero que todo el mundo que tenga este mismo envoltorio sea capaz de seguir y seguir desenvolviendo con la esperanza de que llegará a recibir el regalo que merece.
Viniste en un día no señalado y en un envoltorio no esperado. Pero todo ha sido como tenía que ser hasta llegar a ti y eres de lo más bonito que nos ha pasado en la vida.
Gracias.
Hace prácticamente dos años de esta reflexión que hice cuando mi bebé tenía dos meses de vida dentro de mi vientre.
Aquí te dejo el enlace a otra reflexión que hice hace tiempo acerca de la infertilidad y la FIV: Fabricado con Ilusión y Valor:
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